jueves, 19 de noviembre de 2009

Reencuentro Quinto-E Guadalupe 85



Habían transcurrido veinticuatro años, un grupo de estudiantes abandonaban las aulas de uno de los colegios más importantes de nuestro país, El primer colegio nacional Nuestra Señora de Guadalupe. Cincuenta y ocho estudiantes del aula del quinto “E” egresaban: llenos de ilusiones, muchas promesas, sueños y proyectos que cumplir.
La necesidad del reencuentro palpitaba en nuestros corazones; una tarde cuando aún no finalizaba la primavera, las llamadas por teléfono, los mail, las visitas a domicilio. La búsqueda de cada uno de nosotros corría a cargo de Pocho, Juan Rojas.
Al leer mi correo, la noticia de haber localizado hasta la fecha 24, corrían mediados de octubre, conmigo 25 era mi respuesta, uno se encontraba en Ayacucho, dos en Nueva York y otros más sin localizar. Juan llegó a ubicar a cerca de 40 compañeros con teléfonos, direcciones y correos.
Se acercaba el día del reencuentro fijado para el 14 de noviembre, 10 de la mañana. Lugar nuestro glorioso colegio Guadalupe. Unos días antes, los preparativos, la larga espera de los segundos y minutos, horas interminables esperando el día ansiado.
El teléfono, las previas conversaciones con Galindo, Guerra, Veliz, Rojas, el compromiso de estar presentes ese día, era la cita del año. Todos habíamos cambiado, la curiosidad nos embargaba, si aún éramos los mismos adolescentes de mediados de los ochenta, ahora, a la mitad del camino de nuestras vidas no sabíamos cuál iba a ser nuestra reacción.
En las emisoras cantaba Juan Gabriel, Querida; y en las discotecas bailábamos al ritmo de footloose, Thiller y Los prisioneros, dejábamos el colegio, el uniforme, las palomilladas, nuevos retos iniciábamos.
Más de uno no durmió la noche anterior, me levanté a las cinco de la mañana con la esperanza que las horas transcurrieran más de prisa, los segundos eran interminables; parecía mi primera cita, la emoción sacudía mis nervios.
Pocho, era uno de los primeros en llegar, el portátil danzaba en sus manos, 10 de mañana solo tres, Galarreta, Pacheco y Rojas. Mientras transcurrían los segundos interminables, uno a uno fuimos llegando, todos habíamos esperado aquel día, nuevos rostros, algunos no habíamos cambiado mucho, la misma cara, pero con más arrugas, menos cabellos y unos kilos de más. Las bromas, las anécdotas, la felicidad de estar nuevamente en el colegio, a más de uno las lágrimas sacudieron nuestras almas, era la hora del reconocimiento.
Éramos veinte hacia el mediodía, la esperanza de concentrar a la mayor cantidad posible de nuestros compañeros no estaba lejos, al final 31 presentes, uno por medio del celular seguía lo que acontecía desde Nueva York.
La emoción, las bromas, los recuerdos circulaban por cada uno de nosotros. No había visto rostros más felices en mi vida, nuestros corazones palpitaban al ritmo de la marcha y el himno guadalupano.
Todos nos confundimos, no nos importaba, ni las horas que pasaban. Los abrazos, los proyectos de volvernos a encontrar se repetían. El compromiso de festejar el mejor aniversario de bodas de plata celebrado en nuestro colegio era nuestro mayor deseo. A la hora de la presentación de cada uno de nosotros, las sorpresas: casados, hijos, alguien dijo tener dos compromisos, hijos reconocidos y por reconocer, abuelos; bueno cada uno de nosotros había construido su vida de acuerdo a sus proyectos, con más éxitos que fracasos.
Habíamos logrado construir, una vida con realizaciones, médicos, ingenieros, psicólogos, catedráticos, empresarios, contadores, etc., etc…
Aquellos que no hablaban, ahora sus voces resonaban; la cerveza circuló como nunca por nuestras venas, tanta emoción, nos sentíamos adolescentes. Uno a uno fueron despidiéndose, las promesas de nuevos reencuentros se repetían en cada momento…
Tanta emoción inundó nuestros rostros, Estrada venía desde Ayacucho con el único objetivo de confundirse con nosotros; Galarreta, hacia lo mismo desde Trujillo, Guerra dejaba pendiente su trabajo y la emoción de su rostro bailó entre nosotros.
Algunos todavía no nos despertábamos del sueño, nerviosos y tartamudeando manifestaban sus alegrías. Cuanto más avanzaba el día, el licor y los recuerdos nos confundió para siempre.
Había llevado una de mis publicaciones para testimoniar mi agradecimiento a la buena iniciativa de Juan Rojas, promotor del reencuentro.
Y a la hora final, el latido de nuestros corazones palpitaba al ritmo del galope de potro salvaje, saltando y cantando nuestra marcha guadalupana nos despedíamos hasta un próximo reencuentro.

domingo, 28 de junio de 2009

lunes, 23 de febrero de 2009

Poema de despedida


Uno
Lo nuestro fue 369 días.
Recordaré sólo un día
el que nunca me fue destinado.
Hemos andado juntos construyendo
castillo que no duran.
Cómo ha pasado el tiempo,
hemos corrido encadenados vagamente,
cómo pudo haber caído nuestro amor al polvo.
Así es la vida
una sola hora larga, interminable
y esta hora te la consagro
con todo lo que pueda traer.
Toda esta hora es tuya
y en el último segundo
la red temblorosa cerrará mis ojos.

Dos
Cómo ha pasado el tiempo.
No sé cómo pude leerte
y cómo pude soñarte.
No sé en qué página te leí
y en qué sueño te soñé.

Si alguna vez te amé
y después de amarte te amé,
si alguna vez caminé a tu lado,
hoy no conozco tu destino.
Adiós para siempre.

Tres
Cómo olvidarme de ti,
si todas las noches vas por mis sueños.
Cómo olvidarme si soy ladrón de tu camino.

Cuatro
¡Adiós! cuídate
y cada vez
llegabas distraída
y aquellas veces
decías que el olvido
no existe.
Sordo ignoré y grité
que te amaba.
No sé cómo pude amarte
si no me querías.

Cinco
Cuando te vayas, inventaré atardeceres
que nunca llegarán.
Te hablarán por mí
las librerías, los libros y la
páginas escritas.
Conserva con mucho celo
los lugares que recorrimos
y las cosas que inventamos
guarda todo lo nuestro en silencio.
Te encontré en una página
en blanco y en las canciones
de Silvio Rodríguez,
y en los poemas de Neruda.
Cuida nuestra historia en silencio
y conserva lo nuestro como el
amor que tuvo una vida.

Lima, 2004.

Tiempo de amar

Amor nuevo, amor viejo,
pasas en silencio por mi vida,
fingiendo un beso y una sonrisa.
Tratas de alejarte de mi voz,
de saltar los muros de mi camino,
de alejarte sin dejar una
huella de amor.

La distancia nos divide,
nos ilusiona desgarrando corazones.

Hemos vagado sin rumbo y
sin destino.
Nos cruzamos de repente
en el camino de la vida,
Hoy las calles nos separan,
nos separa el aire roto de la cuidad.
Las calles secas donde reposan
minutos desperdiciados,
son testigos de nuestro amor.
Ésta es una historia que
no tiene fin.
Jugamos en serio al amor,
jugando terminamos,
el juego que empezaste ya se acabó.
Te alejas de mi mente como
las aguas de un río.
Así también la vida se va.
Nosotros nos vamos
dejando recuerdos
que algún día olvidaremos.
Nos vamos como las cosas sin
decirnos adiós.
Algún día querré saber algo de ti,
¿Qué haces, en qué huerto floreces?
¿Quién es tu jardinero?
Querré saber muchas cosas de ti.

Lima, 1987.

Siempre mía

A veces te llamo en silencio y tú no estás.
Se rompen los días y se arrugan las horas.
Desde acá te amo en la oscuridad,
respirando el perfume de tu cuerpo
escuchando tu voz y viendo tu imagen
divina en los rincones de mi cuarto.

Me perteneces hoy, desde
el pasado que no te conocía.
Sé que he nacido para ti, y
tú para entregarme todo
viniste a la tierra.

Escucha mi voz, que te sea dulce
que no te tenga miedo, deja que acaricie
con mis labios, tus senos y tu cuello,
y con mis dedos que te enrede tus cabellos.

Mucho tiempo atrás seguro
que nos cruzamos sin sonreírnos.

El camino fue largo y áspero.
La experiencia que viví me llevó hacia ti.
Desde entonces eres mi compañera de
toda mi existencia y caminas a mi lado
a toda hora y en todo momento
en la primavera y el otoño,
en el invierno y en el verano.

Lima, 1994

miércoles, 28 de enero de 2009

Quiero demoler el tiempo
con los sonidos del viento.
Ahora con mis años de invierno
quiero vivir, sentir tu corazón
besar a tu alcoba.
Ahora con el aroma de mi alma
con las ganas de caminar por tu vientre
nombrando tus cabellos,
quiero que borres mi corazón.
Ayer canté en el mar
con las gaviotas que dormían
en tu alma
cuánta sombra dormitó
en tu piel.
Hoy canto en la vereda de tu vientre.

Danilo Barrón Pastor
Lima, 2008.

Uchcu Pedro en la Literatura Peruana

Danilo Barrón Pastor.

XVII Encuentro de escritores y poetas ancashinos
Centenario de la muerte de Luis Pardo Novoa
Chiquián 2009
3-4-5 enero

Ponencia

La personalidad de Pedro Cochachin, más conocido como “Uchcu Pedro”, se destaca al lado de Atusparia, a partir del levantamiento de Atusparia acaecido en Ancash en 1885.
Durante mi época escolar (en Piscobamba – Ancash), se hablaba muy frecuentemente de estos personajes, incluso hoy en día abundan personas con el nombre de Pedro, a quienes se les conoce como “Uchcu Pedro”. De allí me despertó el interés de investigar la vida del personaje legendario que cautivó mis épocas escolares.
Ya cursando estudios universitarios, y participando en diversos encuentros literarios, y más aún cuando estuve en Casma el 2001, y no ver ni un reconocimiento a este luchador campesino, puesto que en Casma se llevó a cabo el fusilamiento, por lo menos pensé encontrar una estatua, pero fue todo lo contrario por ello aún más me llevó a investigar sobre su vida y cómo ha sido tratado dentro de la literatura peruana.
Dentro de la Literatura Peruana conozco obras literarias, de autores principalmente de Ancash que lo han desarrollado dentro de la narrativa y una obra de teatro, Atusparia, escrita por Julio Ramón Ribeyro. Las narraciones son No preguntes quién ha muerto, del novelista Marcos Yauri Montero. “En ella, el escritor huaracino refunde la temática del épico alzamiento de Atusparia, y a la vez de teñirlo con tintes místicos, utópicos y mesiánicos, lo recubre con un velo lírico que nos remite a aquel complejo lenguaje poético creado por José María Arguedas en Los ríos profundos para replicar las cualidades lingüísticas del quechua y para darnos una visión más auténtica de las vivencias del Ande Peruano” (1). Ésta es una novela larga de cerca de cuatrocientas páginas, que se encuentra en su tercera edición, el autor recurre a la ficcionalización de personajes históricos alterando los hechos haciendo uso de las licencias literarias. El libro aparece en Lima, en 1989.
El otro, es un cuento, Cordillera Negra, de Óscar Colchado Lucio, ganador del primer premio del Copé de cuento de 1983, es la única narración que ha obtenido ese galardón por unanimidad, actualmente está circulando la sexta edición (2000).
En esta obra a diferencia de las anteriores se resalta la figura de Uchcu Pedro, que apareció con motivo de cumplirse el primer centenario (1885 – 1985) de la rebelión campesina ancashina que tuvo como protagonistas principales a Atusparia y Uchcu Pedro.
En este cuento, el autor, busca la reinvindicación de Uchcu Pedro como una figura tan importante como la de Atusparia, ya que la historia presenta a Uchcu Pedro como una figura menor.
En este libro, presenta a un Atusparia católico frente a un Uchcu Pedro, un hombre creyente en los dioses tutelares indígenas, del taita Wiracocha y ante la derrota declara que es una prueba que ha puesto Wiracocha para ver hasta donde son capaces de resistir.
Del primer texto del que se tiene noticias es el que escribe Ernesto Reyna en 1930 con el título El Amauta Atusparia, obra que fue elogiada y prologada por José Carlos Mariátegui. “Ernesto Reyna, autor de esta crónica de la sublevación indígena de 1885, no es un historiógrafo sino un narrador, un periodista. El Amauta Atusparia tiene de relato y de reportaje más que de ensayo historiográfico. Me consta que Reyna, trabajador al acre y hombre fervoroso se ha documentado escrupulosamente”. (2).
Si bien es cierto que este levantamiento significó uno más de los tantos contra los blancos, protestando contra los trabajos forzados de la República, contra el tributo personal, la derrota de 1885 creo muchos Atusparias y Uchcu Pedros.
Otro de los textos que se conoce es el publicado por Emilio Morillo y Balmes Lozano, con el título La sublevación de Atusparia, versión oral de Santiago Maguiña Chauca, que es un trabajo de información sobre la sublevación de Atusparia en 1885, en la que relatan los antecedentes de la rebelión, así como la vida de los protagonistas, además la reproducción de documentos oficiales sobre el levantamiento y una antología pequeña de canciones populares en torno a Atusparia y Uchcu Pedro y termina el libro con una selección de fotografías de Atusparia, Uchcu Pedro (óleos); Santiago Maguiña y de algunas ciudades del Callejón de Huaylas.
Otro de los textos que se publicaron con motivo del centenario de la rebelión campesina, fue el de Augusto Alba Herrera bajo el título Atusparia y la rebelión campesina de 1885 en Ancash en ella el autor manifiesta “este es el fruto de más de veinte años de búsqueda de documentos en los archivos de los pueblos del departamento de Ancash y en Lima. En base a estos he podido escribir sobre estos temas que siempre me apasionó...” (3).
Alba Herrera en su texto, nos da un breve análisis panorámico de los acontecimientos, desde las causas coyunturales hasta las consecuencias, así mismo nos da datos informativos sobre los protagonistas de la rebelión, dando énfasis a cada uno de ellos; el coronel Francisco Javier Noriega, Pedro Pablo Atusparia, Pedro Cochachín (Uchcu Pedro). Luis Felipe Montestruque, quien fue el ideólogo de la sublevación, además reproduce testimonios como el testamento de Uchcu Pedro y una lista muy importante de bibliografía básica.
Otro de los estudios que me parece muy importante es el del norteamericano William W. Stein, El levantamiento de Atusparia, El movimiento popular ancashino de 1885, es un estudio de documentos aparecido en 1988, quien ha venido investigando sobre el movimiento ancashino de 1885, “comencé a interesarme por los movimientos populares por un trabajo de historia oral en 1961 y 1971 en la comunidad de Vicos, distrito de Marcará, en el curso del cual se me hizo evidente que el interés de los campesinos por mejorar sus condiciones de vida... La idea de investigar el movimiento ancashino de 1885 me vino a la mente por primera vez en 1976...” (4).
Este libro es posible gracias al financiamiento de la Fundación de Investigaciones de la Universidad Estatal de Nueva York y un financiamiento del Comité de Asignación Universitaria de la Universidad de Nueva York en Búfalo y de otras dependencias norteamericanas más, este texto tiene como fuente los libros de Alba Herrera y Reina Loli.
El libro de teatro de Julio Ramón Ribeyro, aparece en 1981 y se estrenó en Lima al año siguiente. Atusparia, alcalde indígena encabeza una sublevación de comuneros en protesta contra los nuevos impuestos y el trabajo obligatorio gratuito ordenado injustamente por el gobierno como una de las medidas a favor de la reconstrucción nacional al término de la guerra con Chile. El movimiento disidente del general Andrés A. Cáceres, pretende la incorporación de los rebeldes de Atusparia en apoyo de sus propios objetivos. “La presente obra no es una reconstrucción fidedigna de la sublevación de Atusparia” (5). La literatura permite que se pueda alterar los hechos, ya que no se trata de un texto de historia.
El propósito de Ribeyro ha sido, en primer término, hacer una obra literaria, con lo que esto implica de invención y de libertad en el manejo de las fuentes. Lo que el autor busca es difundir las figuras históricas de Atusparia y Uchcu Pedro a un auditorio mayoritario.
En esta obra teatral el personaje central es Atusparia; por su complejidad destaca nítidamente frente a los demás personajes. Ni siquiera Uchcu Pedro, el oponente que entra en conflicto con Atusparia, supera el nivel de simple portador de un concepto. En la obra, Atusparia participa tanto con sus ideas como sus prejuicios, su religiosidad, sus temores, etc. Mostrando un personaje complejo.
En el prólogo de la primera edición de la obra de Ribeyro, el maestro Washington Delgado manifiesta: “...historia y literatura estuvieron siempre estrechamente unidas; pero la novela también ha tenido épocas, durante el romanticismo, por ejemplo, en la que ha sido predominantemente histórica. En el género dramático, esa relación entre historia y literatura, posee asimismo venerable antigüedad y aparece ya en la obra de Esquilo, el padre de la tragedia griega. Durante el apogeo del teatro occidental, en el siglo XVII, Marlone y Shakespeare, Corneille y Racine, Lope y Calderón, se inspiraron abundantemente en la historia..., este Atusparia es el mejor drama histórico escrito en el Perú.” (6).
Todas estas lecturas me llevaron a interesarme más aún por estos personajes de la historia de la rebelión campesina de 1885 y especialmente por la figura de Uchcu Pedro.

Bibliografía
1. MÁRQUEZ, Ismael P. Prólogo de la 3ra. Edición de No preguntes quién a muerto de Yauri Montero, Marcos. Lima, Editorial San Marcos, 1999, p. 10.
2. MARIÁTEGUI, José Carlos. Invitación a la vida heroica Antología. Prefacio a El Amauta Atusparia, Lima, edición Instituto de Apoyo Agrario, 1989, p. 425.
3. ALBA HERRERA, C. Augusto, Atusparia y la revolución campesina de 1885 en Ancash, introducción, Lima, Ediciones Atusparia, 1985, p. 11.
4. STEIN, William W. El levantamiento de Atusparia. Prefacio. Lima, Mosca Azul Editores, 1988, p. 10.
5. RIBEYRO, Julio Ramón. Atusparia, Observaciones preliminares. Lima, Ediciones Rikchay Perú, 1981, p. 15.
6. DELGADO, Washington. Prólogo en Atusparia de Ribeyro, Lima, Ediciones Rikchay Perú, 1981, pp. 7-9.