lunes, 23 de febrero de 2009

Siempre mía

A veces te llamo en silencio y tú no estás.
Se rompen los días y se arrugan las horas.
Desde acá te amo en la oscuridad,
respirando el perfume de tu cuerpo
escuchando tu voz y viendo tu imagen
divina en los rincones de mi cuarto.

Me perteneces hoy, desde
el pasado que no te conocía.
Sé que he nacido para ti, y
tú para entregarme todo
viniste a la tierra.

Escucha mi voz, que te sea dulce
que no te tenga miedo, deja que acaricie
con mis labios, tus senos y tu cuello,
y con mis dedos que te enrede tus cabellos.

Mucho tiempo atrás seguro
que nos cruzamos sin sonreírnos.

El camino fue largo y áspero.
La experiencia que viví me llevó hacia ti.
Desde entonces eres mi compañera de
toda mi existencia y caminas a mi lado
a toda hora y en todo momento
en la primavera y el otoño,
en el invierno y en el verano.

Lima, 1994

1 comentario:

anthony alvarez dijo...

asu profe lo felicito,... muy bonitos versos , pero lo mejor creo que es el sentimiento plasm ado, yo tengo algunos versos quizas algun dia se lo muestre pero si..elegante el estilo....